PNL e Intenciones de las Partes Internas
Uno de los principales supuestos básicos de la PNL es que todo comportamiento tiene una intención buena. Es una premisa útil de la Programación Neurolingüística para poder analizar que sucede con las partes internas de un individuo, sobre todo cuando están en conflicto.
Por ejemplo, la intención buena o positiva de una persona que fuma un cigarrillo puede ser relajarse. Yo mismo dejé de fumar hace más de veinte años (con ayuda de la PNL), y puedo decir que en mi juventud fumaba para sentirme más seguro o bien como “excusa” para poder acercarme y socializar con alguien.
El precio a pagar era muy alto: la salud se deterioraba, bajaban las defensas inmunológicas, me engripaba, tosía… y se reforzaba una dependencia tóxica, día tras día. Si eres o fuiste fumador o hablas con alguien que lo sea me entenderás perfectamente.
Puedes leer algo más de esto Aquí: Intención Positiva y PNL
Pero a veces esa conducta nociva o problemática que nuestra parte inconsciente nos obliga a exhibir, no satisface o expresa realmente su necesidad más profunda y genuina.
Otro ejemplo típico es el de la timidez. El comportamiento tímido, actuar de esta forma, no significa que lo seas todo el tiempo. Tal vez su intención buena es la de protegerte del rechazo (en algunas situaciones puntuales) para no volver a vivir experiencias negativas del pasado…
Y esto probablemente genere un conflicto interior, porque protegerse está bien, pero si se transforma en una barrera para experimentar y vivir … ahí aparece una necesidad más profunda que no se verá satisfecha. Te cuento una historia.
La Historia de Julio
Julio trabajaba en una radio, de esto hace ya muchos años. De vez en cuando teníamos que ayudarlo por sus problemas de alcoholismo. Era muy triste verlo llegar mal al trabajo o sorprenderlo cuando bebía a escondidas… ver deteriorarse su salud y calidad de vida.
Sin dudas puso en riesgo no sólo su salud física y mental… también sus afectos, su trabajo. Las autoridades decidieron ayudarlo, y por fortuna luego del tratamiento, un buen día volvió totalmente recuperado. Su vida cambió para bien, lo cual nos alegró enormemente.
Un alcohólico puede beber, por ejemplo, para adormecer el dolor que le dejó el abandono de su esposa. Así, la parte inconsciente pide a gritos un poco de amor, pero la conducta que se manifiesta, -beber en demasía-, no satisface aquella necesidad subyacente. Sólo actúa como una “anestesia” o “placebo” transitorio. Se genera una dependencia tóxica que no resuelve la cuestión de fondo… sólo genera más problemas.
Desde la PNL decimos que hay que enfocarse mayormente en la solución real. Hay que detectar esa intención positiva , hacerla consciente y luego ahondar en las causas o necesidades más profundas, aquéllas que están “escondidas”.
En efecto, la respuesta está en descubrir y comprender cuál es la necesidad real y luego satisfacerla positivamente.
De manera que si (volviendo al ejemplo) el alcohólico logra salir de su estupor y reconocer que lo que necesita no es alcohol sino amor, quizá elimine el conflicto interno y deje de beber, se ordene, aprenda las lecciones que le dejó su fracaso matrimonial y se levante dispuesto a conseguir el amor que quiere y necesita.
Este ejemplo puede aplicarse a diferentes comportamientos problemáticos y la programación neurolingüística bien dirigida podría resultar muy útil para analizar y resolver cuestiones conflictivas de las partes internas a tiempo, para que una persona mejore lo más rápido posible y no siga destruyendo su entorno y su vida.
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